Corazones Inmortales (Carlisle/Esme story), Capitulo 2- Futuros Desgraciados

por **Esme Cullen** Lun Jun 08, 2009 4:12 pm

Capitulo 2
1912, Futuros Desgraciados

Punto de Vista, Esme Anne (Everson) Platt

Paso el tiempo y no volví a ver a aquel hermoso doctor que vendo y curo mi pierna, una vez fui al hospital por un resfriado pero me encontré con la sorpresa de que había sido trasladado a un hospital en Alaska, desde ese momento lo di por perdido.

Mi madre seguía con la idea de casarme con el “Maravilloso” Charles Everson, y así fue… yo pensaba que nuestro matrimonio no seria nada que me afectara, después de todo no debía ser tan malo y además beneficiaria a mi familia, así que me case con el ego centrista Charles, durante la boda, durante la planificación, durante todo ese periodo por alguna extraña razón solo pensaba en aquellos hermosos ojos dorados que me miraban intensamente en la sala del hospital, en aquella sonrisa tranquila y tranquilizadora, en aquellas manos frías que calmaban el dolor, en ese aroma dulce que era mas adictivo que cualquier cosa que jamás hubiera probado, ya ha pasado un año desde eso…y lo extraño… extraño esas sensaciones porque era como si lo hubiera sentido toda la vida apresar que solo fueron unas cuantas horas y ahora que Charles me opacaba ya no podía seguir con aquellas experiencias.

Al principio antes de la boda todo fue muy bien, solo fue hasta la noche de bodas donde el miedo me inundaba, sus ojos azules como témpanos inquebrantables de hielo me miraban intensamente, no me sentía capaz de hacer esto, no sabia como hacerlo, no quería hacerlo, menos con aquella persona; pero el no podía tolerara eso el no veía mas allá de su propio placer.

-Chales… por favor… hoy no me siento capaz de hacer esto- dije cuando el por fin entro en a habitación con una cerveza en las manos y poco equilibrio, jamás lo había visto así, el solía ser sobrio y serio, un miedo impresionante inundo mi cuerpo haciendo que retrocedida varios pasos.

-¡Vamos Esme!... ¿no vas a complacer a tu esposo en la noche de bodas?... prometo que no te haré daño…- decía mientras articulaba las palabras con dificultad y se acercaba a mi apenas manteniendo el equilibrio, estaba muy ebrio lo que me asustaba aun mas. Me tomo por el pelo muy bruscamente.

-Charles…. ¡Me lastimas!- le decía pero el no paraba- ¡Charles! ¡Te digo que me duele!

-Esme… yo jamás te haría daño amor- dijo e introducía su lengua asquerosa en mi boca, yo intentaba liberarme pero el era mas fuerte, sentí como su mano tomaba mi vestido de la parte de atrás y lo rasgaba dejándome casi desnuda, su boca sabia alcohol y sus manos eran ásperas y bruscas, me lastimaban, me lanzo a la cama y me quito la poco ropa que me quedaba, yo gritaba pero nadie parecía oírme, las lagrimas se resbalaban por mis mejillas pero a Charles no le importaba mas que su placer, el gritaba, gruñía y gemía de placer yo lo hacia de dolor, se movía muy rápidamente lastimándome, cada nervio terminaba en una sensación de sufrimiento, por alguna extraña razón en ese momento el ángel de ojos doras aprecio en mi mente, sus manos suaves intentaban tocarme pero las de Charles lo impedían, su gesto reflejaba dolor parecía sentir lo que me estaba pasando… su cara no había cambiado seguía siendo el apuesto doctor de piel fría y ojos penetrantes, pero en ese momento ni siquiera su recuerdo podía curar el dolor que sentía, Charles seguía presionando bruscamente, provocándome dolor, las lagrimas cada vez aumentaba, me estaba quedando sin aire por lo que no podía seguir gritando, ya todo se había reducido a jadeos y sufrimiento, dolor, tristeza. Cuando me di cuenta de que bajaba el ritmo fui recuperando el aire cuando rodó sobre si mismo lo único que dijo fue

-Yo no te he hecho daño Esme… apuesto a que te gusto…- luego dio la espalada y comenzó a roncar

Al otro día cuando desperté Charles no estaba, no había dejado nada, ni siquiera una nota, corrí hacia el teléfono y marque el número de la casa de mi madre.

-¡Alo!, madre…. ¡Madre! No quiero estar más aquí, no me siento bien, Charles no me agrada.

-¿Por que? El es un buen hombre, hija.

-No… no… no me gusta como me trata, es muy brusco y ego centrista

-Oh Dios Esme! Sabia que eras capaz de muchas cosas pero de inventar semejante cosa del señor Everson? No sabia hasta que puntos podías llegar- ¿Por que nunca me creía? Porque siempre Charles significaba mas para era ella que su propia hija- si llegas a decir algo ¡te juro que cancelare la matricula de la universidad! ¡Y no se hable más jovencita! ¡Aras feliz a tu esposo como las chicas comunes, Esme… tienes que aprender para que se han hecho las mujeres y mas para que se han hecho las esposas, debemos hacer felices a sus maridos aunque implique algunas cosas difíciles, espero que te quede claro Esme Anne Everson!- aquel nombre me estremeció no me había dado cuenta de el “Everson” que llevaba, no tarde en escuchar el sonido de mi madre colgando el teléfono.

Aquella era mi vida, debía admitirlo, ya no había escapatoria alguna de lo ahora seria mi presente y mi futuro, sentí una lagrima fría que se resbalaba por mi mejilla, estaba perpleja, no encontraba las fuerzas para poder dejar el teléfono de nuevo en su base.

Punto de vista, Carlisle Cullen

Aquella joven que había conocido hace ya un año no dejaba de atormentar mis pensamientos, de ser posible se que también se hubiera apoderado de mis sueños.

Pasaron los años, un nuevo compañero se unió a mi, Edward Masen, su madre me lo había pedido y se lo he concedido, el me preguntaba por la joven bella que veía pasar por mi cabeza, el tenia un don muy peculiar podía leer mentes por lo que se me era imposible ocultarle algo, yo jamás le contestaba hasta que un día le conté mi historia, a veces se preocupaba por las veces en que ella invadía mis pensamientos, con sus sonrisa, con su olor con sus ojos, sus facciones y miles de cosas mas, hasta que el mismo llego a la conclusión de que yo estaba enamorado, me costaba creerlo jamás había visto a una chica de esa forma pero… luego de tantos pensamientos y sensaciones extrañas, llegue a la conclusión de que… era cierto… estaba perdidamente enamorado de un joven a al que jamás volvería a ver.